domingo, 17 de marzo de 2013

El último adiós


El atardecer estaba a punto de llegar a la pequeña isla de Lembongan, cuando pedaleando cuesta arriba llegué hasta lo que parecía un cementerio.

Frené la bici, alucinando todavía con la imagen que se presentaba ante mí: decenas de tumbas se apelotonaban bajo los rayos del sol, protegidas de estos por paraguas de todos los colores.
























No muy lejos de allí, un grupo de hombres charlaba y no pude evitar acercarme a ellos con vistas a saciar mi curiosidad.

Los hombres me observaron serios, con una dura mirada que mucho distaba de la simpatía balinesa que había encontrado hasta el momento. Pero aún así contestaron a mis preguntas.

 


"Si tú te proteges de la lluvia, el sol, el viento y otras adversidades, ¿por qué iba a ser diferente con nuestros muertos?¡Por supuesto que ellos también necesitan una protección!" 

Las mujeres que realizaban ofrendas y adornaban las tumbas delante de nosotros corroboraban el pensamiento de los allí presentes. Para este pueblo no todo termina con la muerte, y por ello esas tumbas se merecían el mismo cuidado que cualquier vivo.



Y entonces entendí el comportamiento de aquellos hombres.

En la lejanía comenzaba a escucharse una melodía entonada por tambores y otros instrumentos. Un gran grupo de personas ataviados con el traje típico ceremonial marchaba en procesión y tras el incienso apareció lo que parecía un ataúd llevado en volandas por cuatro hombres.




En el cementerio un hombre rociaba gasolina alrededor de unos matojos secos, listos para prender.



La bicicleta desvencijada que había alquilado por unas rupias me había llevado ni más ni menos que hasta una cremación, conocida en Bali como Ngaben.





A pesar de ser Indonesia la nación con mayor población musulmana del mundo, es Bali la gran excepción. Pues esta isla situada en el sur del archipiélago, cuenta con el hinduísmo como religión mayoritaria.

Son algunas las semejanzas que unen este hinduismo al de la India, pero también muchas las diferencias, las que convierten al hinduísmo balinés, en una religión única.




El por qué el hinduismo se concentra en esta isla es explicado por una revuelta musulmana que hubo en Indonesia y que obligó a las clases altas a huir hasta Bali para poder ejercer libremente su religión. 

Es por ello que se dice que los balineses son descencientes de la realeza y burguesía, con el consecuente orgullo para los actuales habitantes.




El momento se iba acercando y la gente se congregaba en círculo alrededor de la persona fallecida.



Algo que me sorprendió al llegar a Bali, fue hallar unos folletos en los que ofrecían a los turistas presenciar una de estas cremaciones. Me pareció una de las cosas mas macabras que jamás hubiera visto. Pero nunca se debe juzgar sin saber. 

Más tarde me enteraría de que la cremación supone un gran desembolso de dinero para la familia y que solo el hecho de conseguir una bombona de butano, como la que iban a usar en ese momento, suponía un precio desorbitado para esta gente. Por ello necesitaban de las donaciones de amigos y de esos turistas, para poder llevar a cabo sus rituales.

El muerto descansaría en la casa familiar hasta el momento de reunir el dinero suficiente para la cremación. 




Y entonces todo se tiñó de rojo. Las llamas comenzaron a devorar el cuerpo sin vida de la fallecida, mientras el calor empapaba de sudor los rostros de los espectadores.






Los familiares más cercanos se encargaban de que todo ardiera a golpe de soplete. 

Una vez finalizada la unica botella de butano que poseían, el evento finalizaría.





Unos días después de mi llegada a Bali, pensé en lo afortunada que era, pues continuamente iba encontrándome con diversas celebraciones. Más tarde me di cuenta, de que la razón era simplemente que los balineses pasan sus dias realizando un ritual tras otro.

Al andar por las calles no es difícil pisar una de las cestitas con objetos, comida y flores en su interior, que alguien ha utilizado como ofrenda previamente. Incluso una vez fui a parar a una extraña ceremonia, donde una de las ofrendas era ni más ni menos que un cerdito con una manzana en la boca. 

Los balineses no solo son muy religiosos, son también muy supersticiosos y por ello intentan cada dia contentar a los dioses, para que esten a su lado.






Llegado a un punto, no pude evitar preguntar a mis nuevos amigos, por qué la gente no lloraba ni se veía tristeza en sus ojos, ¿Acaso no les apenaba ver partir a un familiar?

Y con una sonrisa me contestaron: Oh si, su familia está muy triste, pero solo pueden mostrar esa tristeza dentro de los muros de su casa. Delante del pueblo deben sonreir y parecer contentos, pues su familiar ha ido a un lugar mejor y no ha desaparecido, solo esta esperando el momento de su reencarnación.




Por supuesto que para un occidental, esta visión de un funeral es algo inverosímil. 
Nosotros estamos acostumbrados a llorar y exteriorizar nuestra aflicción sin reparos, mientras que aquí todo lo que debes mostrar es felicidad por la muerte de un familiar. 

Es curioso como las culturas cambian completamente el significado de un mismo evento.




Pero a pesar de creer en la reencarnación, hay sentimientos que uno no puede ocultar, y siempre entre muchas sonrisas, se encuentran miradas melancólicas.




Esta cremación solo era un paso previo a la gran ceremonia final.

Cuando el fuego se consumió, la que parecía la hija, recogió los pequeños fragmentos de hueso que no llegaron a calcinarse y los enterró junto a una lápida. Todavía había que esperar meses, incluso años, para que la cremación concluyese. 
Para ello, varias familias de fallecidos se reunirían y juntarían el dinero ahorrado entre todos, pues una celebración de tal envergadura sería impensable económicamente para una sola familia.

Llegado el momento, una fiesta de varios días tendrá lugar. Danzas, alcohol, sacrificios de cerdos, gallinas, bueyes... decenas de ofrendas serán ofrecidas a los dioses y finalmente, los restos de los fallecidos seran quemados, culminando la cremación que fue iniciada en su día.

Dicen los que la han presenciado, que es la fiesta más grande que se puede ver en Bali, y que es todo un honor asistir a una de ellas.





La multitud se fue alejando poco a poco. Subí a la bici y eché un vistazo a las tumbas, con lo poco que me permitían las últimas luces del ocaso.




Mañana sería un nuevo día y un paraguas más cumpliría su función en aquel cementerio. 

Al fin y al cabo, la vida sigue. Para todos...


jueves, 1 de noviembre de 2012

Fuerteventura



Mucho ha llovido desde la última vez que escribí una entrada...

¿La culpable? Para los que todavía no lo sepan: soy una anestesioblasto, o hablando en palabras cristianas: un proyecto de futura anestesista.



Fuerteventura


La vida de un anestesioblasto es dura, quizás más de lo que imaginaba. Y es por esto que apenas he tenido tiempo para sentarme delante de este blog, ni mucho menos para viajar...

La cosa es, que ultimamente venía sintiendo una sensación rara, algo así como una opresión en el estómago, una inquietud incesante que hacía que me encontrara incómoda...y yo, como mini-médico que soy ni siquiera he sabido autodiagnosticarme.



Guanches, antiguos aborígenes de Canarias


Ha sido hoy, cuando al mirar a la pantalla del ordenador he notado un silbidito: "¡psss, eh tu! ¿Se puede saber lo que estas haciendo? ¡Estoy aqui! ¿Acaso te has olvidado de mi?"

Efectivamente, aquí estabas tu...contando crónicas sobre los carnavales de El Callao, hablando de viajes,  que tan lejanos parecen que me resulta increíble el haber sido partícipe de ellos...lo recuerdo más bien como un bonito sueño...


Aprendiendo a surfear


Y entonces lo he visto claro: ese vacío que sentía, ese malestar que no me dejaba tranquila, ¡era por tu culpa! Bueno...digamos que más bien por la mía...

¿Como ha podido pasar esto? Si, lo confieso, soy una traidora: te deje por el power point...te abandoné por horas de guardia...escribí historias clínicas en lugar de sobre viajes...

Y por eso ahora mismo me encuentro así. 

Pero te prometo que he vuelto, y he cambiado. Puedo compartir mi tiempo con ambos, no te volveré a abandonar...






¿Ha colado? Porque yo no se tu, pero yo ya me empiezo a sentir mejor...



Colorado cual langosta después del primer día de surf


Es duro volver a la monotonía después de casi dos años de viaje...

Todavía más duro si es para estar trabajando 4 años en el mismo sitio. 
Mira esta, pensaran muchos, ¡encima de que tiene trabajo se queja!

Y entonces recuerdo las palabras de alguien que conocí y al que yo le decía justificándome: Bah, seguro que todo es acostumbrarse, al igual que ahora estoy bien viajando, estaré bien viviendo en un mismo lugar. 
Ese chico me aseguraba que no, que una vez que lo pruebas es como una droga, ya no vuelves a ser el mismo, y la sed de viaje vuelve a ti quieras o no.

Aunque me cueste reconocerlo...tenía razón. Admito que cuando más feliz y más auténtica me siento es con una mochila al hombro y un camino por delante.


Vista de la isla de lobos desde Fuerteventura


¿Y que hacer ahora que estoy comprometida por cuatro años? 

¡Bueeeeno, no todo va a ser malo! Además de que vivo en un pequeño paraíso, he conocido a gente increíble y estoy aprendiendo un montón de cosas. 

Por supuesto, los viajes que hago ahora son limitados, pero todavía me quedan recuerdos y miles de fotos, con sus respectivas batallitas. 



Dunas de corralejo


He decidido retomar este blog, y comenzaré por uno de los últimos viajes que hicimos. 

Nuestro destino fue la vecina isla de Fuerteventura.







A quien no haya estado en este idílico lugar se la describiré así: Un territorio de 100 x 25 km, completamente desértico y rodeado de las mejores playas españolas.

De hecho a mi me dicen que estoy en el Caribe y a juzgar por el agua cristalina y la arena blanca, me lo creo.






Como habreis deducido: si te gusta la playa, este es tu lugar, y sino...poco más hay por aqui, seamos sinceros.

Aprovechamos para practicar nuestro nuevo hobbie: el surf. Este fue el sitio perfecto para comenzar nuestras andanzas y las de los cientos de extranjeros que se apuntan a las escuelas de surf de la isla.



Lugar de ensueño para recién casados


Playa de la pared


Aunque los primeros pobladores de esta isla, fueran los guanches, en la actualidad los mas numerosos son los alemanes e ingleses que se asientan principalmente en los hoteles de las playas de Jandía, al sur de la isla.

Por otra parte, los jovenes surferos prefieren quedarse por el norte, alrededor de la zona de Corralejo, donde además de buenas olas, se pillan tremendas cogorzas.






Resulta sorprendente, que incluso en esta pequeña insula, sus habitantes tuvieran sus más y sus menos y llegaran a construir un muro para dividirla. Quizás los berlineses emularon al fin y al cabo un modelo majorero para crear fronteras. 

La muralla de la que hablaba y que daba asimismo el antiguo nombre a la isla: Erbania, separaba el territorio en dos reinos guanches: El del sur lo constituía la peninsula de Jandia, y el del norte, el reino de Maxorata.

Se dice que uno de los puntos por los que pasaba la muralla era el istmo de la pared, lugar mágico por los hermosos atardeceres que se pueden disfrutar desde la playa.






Si ya de por si es curioso que existieran dos reinos divididos en tan pequeña superficie, todavía lo es más que el poder de ellos residiera en manos de mujeres, y esque el pueblo guanche vivía en una sociedad matriarcal, en la cual no solo las sacerdotisas tenian la última palabra, sino que era común la poliandría, es decir, q las mujeres tuvieran varios esposos.



Barco American Star 


Al suroeste de Fuerteventura encontramos otro de sus tesoros, se trata del barco American Star, naúfrago entre las aguas de la playa de Garcey. Y digo tesoro, no tanto por el barco, sino por la playa en la que se encuentra, una de las mejores sin lugar a dudas.

Un aviso a todos los intrépidos que quieran curiosear los alrededores del ahora denominado: barco fantasma, apodo debido a los numerosos fallecimientos de turistas que se acercaron demasiado a el.









kimmo modo surfer


Cuando nos adentramos al interior, encontramos pequeños pueblecitos, pintados casi en su totalidad de color blanco. El auge de estos pueblos, llegó en un momento en el que los ataques piratas eran masivos, emigrando la población desde las costas a la seguridad de las montañas.

Reliquias de esta epoca, son los numerosos castillos construidos como defensa cerca de las playas, como el situado en la Caleta de Fuste, otro de los grandes puntos turísticos.

Recuerdo una de las noches, cuando al pasear por la Caleta decidimos tomar una cerveza en el unico bar que estaba a rebosar: se trataba de un auténtico pub inglés, cuyos clientes eran en su mayoría auténticos ingleses...paradoja donde las haya, por mucho que le intente buscar una explicación no la encuentro...¿A alguien se le ocurriría ir a un bar español cuando se visita un país extranjero?






Hoy en día existen tantos municipios como número de parroquias. 

El municipio de Betancuria, antigua capital de Fuerteventura, conserva el nombre que le otorgó el primer conquistador normando que se adentro en esta tierra: Jean de Bethencourt.





Los molinos recuerdan al visitante que el viento va a estar presente a lo largo de toda la isla


A mi esto de la historia me da sueñico...





Los caminos de tierra, son la unica forma de acceder a las mejores playas y a pesar de lo que muchos decían, no hacia falta un 4x4, eso si, contratar algún seguro por si acaso...



Playa del Castillo (El Cotillo)





En las orillas de playas y caletas, sorprende ver hileras de caravanas y tiendas de campaña.

Se tratan de majoreros que han instalado allí su casa de vacaciones, situación entre la legalidad y la falta de esta, pues si bien es cierto que dan permisos para acampar, se requieren una serie de requisitos para esto, y solo durante un tiempo limitado. El hecho de que muchas de las caravanas no tuvieran ruedas y estuvieran encalladas en la arena, ponía en duda que esa instalación fuera temporal...



El norte de la isla ofrece las mejores playas para surfear, siempre que haya olas...


Punta del Tigre

En el sur de la isla, poniendo punto y final a la costa, se encuentra la Punta del Tigre, famosa por sus intensos atardeceres.

La vecina playa de Cofete, bien merece una visita, no solo por sus kilométricas extensiones de arena blanca, sino por los simpáticos amigos que puedes hacer en el camino...



A mi este me quería dar hasta un besito por mucho que se lo intentase negar




Las ardillas morunas, a la par que graciosas, son una auténtica plaga iniciada por alguien que quería  tener una original mascota y que esta dañando el ecosistema de la isla.



Playa de sotavento


El surf, y su versión mas moderna: el kitesurf, son auténticas formas de vida en la isla. 

Continuamente vas cruzándote con coches que llevan en sus techos las tablas amarradas y que por gestos te indican si en el sitio hacia el que te diriges hay olas o no.

Lo malo de esto, es que muchos son turistas que no conocen bien las corrientes (no como nosotros...) y llega a ser muy peligroso, sobre todo para los bañistas que no llevan tabla.
Así en cuestión de media hora de intervalo, en la conocida playa del burro (de las mejores para surfear!) llegue a ver como casi se ahogaban dos personas.



Faro de Morrojable


El que fuera lugar de destierro de Miguel de Unamuno, encierra todavía mas secretos. Mientras restos arqueológicos se esconden en las inmediaciones de la montaña de Tindaya, gigantescas cuevas dan la cara en la costa, convirtiéndose en cementerio de cientos de espumosas olas.



Cuevas de Ajui





Mucho mas cerca de África, que de Tenerife, Fuerteventura es una de las joyas que muchos desconocen y que por supuesto animo a visitar.


Playa de la Mujer


¡Y si es con una tabla bajo el brazo, mucho mejor!



¿Adivinais cuál es mi tabla?






Nosotros por el momento continuamos por nuestra islita, comenzando una nueva etapa, y quien sabe si un nuevo blog...

"Traidoraaaaa"

chhhissss, a callar, ¡todavía me quedan muchas entradas por escribirte!






¡SALUDOS Y BESITOS PARA TODOS!