viernes, 30 de septiembre de 2011

Turku



Turku es una ciudad al suroeste de Finlandia con una importante historia a sus espaldas.

Situada a orillas del mar Báltico, desde el principio fue considerada como un importante punto de comercio, llegando a poseer durante el reinado de Suecia, el título de capital de Finlandia.





Esto tan solo duro hasta 1808, cuando tras la llamada "guerra de Finlandia", el país pasó a formar parte de Rusia.
Viendo los rusos la cercana posición de Turku a la enemiga Suecia, Helsinki se convirtió en la nueva capital del "Gran Ducado de Finlandia".





Su historia se remonta allá por el 1150, ésta fue la primera ciudad que se fundó en Finlandia, siendo durante siglos el principal centro: cultural, eclesiástico y universitario.





A pesar del devastador incendio que en 1827 destruyó parte de la ciudad, todavía se puede admirar la influencia eclesiástica en esta gran urbe gracias a su catedral.





Son numerosos los detalles medievales, que obviando el paso del tiempo se conservan intactos en sus paredes.





Por otra parte, este año Turku es la capital europea de la cultura y sus universidades siguen siendo de las más importantes del país, por lo que puede presumir de seguir conservando su encanto a pesar de haber perdido su título de capital.





El significado de Turku en finlandés es mercado, ya que desde un principio, su puerto pesquero fue un importante lugar de intercambio de mercancias entre la gente de interior y los marineros que llegaban a estas costas.





Hoy en dia en el centro de la ciudad, se conserva un gran mercado al aire libre, donde si bien las mercancias no llegan de manos de marineros, lo hacen de manos de artesanos y recolectores de setas y bayas.





En las vecindades se encuentra asimismo el mercado cubierto, donde uno puede terminar su sesion de compras tomando un café en el interior de un tren.





En sueco a Turku se le denomina Abo, lo que se traduciría como "asentamiento ribereño".

En la antigüedad eran barcas el medio de transporte habitual en la ciudad, debido a que el agua lo invadía todo, incluidos los alrededores de su famoso castillo, todo un símbolo para esta antigua capital.





Los origenes del castillo de Turku datan de 1280, cuando los conquistadores suecos precisaban de una gran fortaleza militar para defenderse.





Poco a poco fue aumentando de tamaño pasando a ser un castillo y siendo su época de mayor esplendor durante el reinado del rey Juan III de Suecia, que a su vez era duque de Finlandia.





La historia del castillo es una historia de vencedores y vencidos, donde reyes que un dia desde aqui reinaron, fueron mas tarde encerrados en sus mazmorras y por cuyos pasillos pasearon: suecos, rusos y por ultimo finlandeses.






El propio castillo ha tenido que sobrevivir a varios percances: bombardeos, inundaciones e indencios que no han impedido que a dia de hoy lo podamos admirar del mismo modo que se alzaba hace cientos de años.





Además de caminar entre sus salas ambientadas con: banquetes, instrumentos de cocina e incluso enanas camas en las que debian flexionarse para poder dormir, uno puede admirar entre otras cosas juguetes y ropa de los distintos huéspedes que hicieron de estos muros su hogar.






Pasear por el castillo es viajar en el tiempo, pues algunas de sus paredes todavia estan marcadas con las firmas y escudos de quienes se hospedaron en sus habitaciones.








Mientras que en otras: pinturas, pilares y tallas de madera siguen presenciando el ir y venir de turistas al igual que un dia presenciaran el de nobles, duques y reyes.







La visita del castillo de Turku puede tomar perfectamente un dia entero, y esque uno no se cansa de contemplar con detalle cada una de las habitaciones de la que es hoy en dia, la construcción medieval mas antigua, que ha sobrevivido en Escandinavia.





Nuestra recorrido terminó en un barco. Tal como un día lo hicieran sus habitantes, nos deslizamos sobre las aguas del Báltico en un crucero que duraría una noche hasta la cercana Estocolmo, Suecia.






Es esta una práctica habitual entre los finlandeses, pues se llega a Estocolmo al amanecer y se coge el barco de regreso a Finlandia al anochecer, permitiéndote durante el dia visitar la ciudad.






Si les preguntaran a las hordas de chinos que invadían el barco, que fue lo mejor del crucero, sin lugar a dudas responderían que el "Duty free", mientras que nosotros, nos quedamos con los cientos de islas que nos despidieron de Finlandia con las luces del ocaso, entre ellas las famosas islas Aland.





¿Y que diría la tercera edad?




Por supuesto, el baile del barco, que eso señores, es internacional, en este caso el pasodoble se baila a lo finlandés, y si no se sabe los pasos, se hace uno el sueco, ¡que aqui esta permitido!

No hay comentarios:

Publicar un comentario