Dia 316. El autobus de la muerte.

El autobus salia a las 4:00 y como siempre, llegabamos tarde. Eran las 3:30 y todavia estabamos en un cibercafe!

Tras despedirnos velozmente de los gallegos cogimos un tuk-tuk, primera parada: un cajero, ya que en el norte de Laos no los hay, segunda parada: el hostal donde nos guardaban las mochilas, tercera parada: la estacion sur de autobuses, donde todavia no sabiamos a ciencia cierta si era la correcta.
Preguntamos en la taquilla, bien, era de alli de donde salia el autobus a Phongsali. Este procedia de Vientiane y pasaria aproximadamente a las 5 de la tarde, a esperar se ha dicho! Algo a la orden del dia cuando se trata del sudeste asiatico...

"Son 150.000 kip."

"Comorrrr? Ya nos la estan dando con queso! Gracias por avisar gallegos, sois grandes! Mire segnor, que sabemos que son 120.000 kip, asi que haga el favor de no timarnos."

El segnor fruncio el cegno y refunfugno mientras tachaba 150.000 y ponia 120.000 en su lugar, ahora solo quedaba esperar...


Habria sido dificil adivinar en que epoca comenzo a rodar ese trasto, pero no nos quedo otra que acomodarnos en nuestros floridos asientos y ver como los gallegos se cachondeaban desde fuera:

"Tranquilos que son solo 20 horas! Pringados!"

"Noooooooooo!"




Mire a un lado: un bebe comenzaba a llorar entre los brazos de su madre, mire a otro: unas adolescentes escuchaban los ultimos exitos en su movil, sin cascos por supuesto.
De repente la caja que tenia al lado comenzo a moverse y una cabeza asomo por ella: "cocococo..." Lo que me faltaba! Una gallina por compagnera de viaje!
Empezamos a avanzar en el mismo instante en que el unico altavoz del autobus era enchufado a todo volumen, deleitandonos con el tan esperado karaoke...definitivamente iba a ser un viaje muy largo...


Es curioso lo pugnetera que puede llegar a ser la mente humana, ya que nunca hasta el momento me habia planteado cual podria ser el indice de accidentes de autobus en Laos, pero el ir a mas de 120 km/h por una carretera llena de curvas no daba pie a otro tipo de preguntas.

Entre bote y bote intente dormir para que las horas pasaran mas rapido, cosa que el karaoke, los pitidos del autobus (tipico del sudeste que todo vehiculo: pite para adelantar, pite en una curva, pite para tocar la moral de los pasajeros) y las paradas para hacer "un pis" en el "descampado" pusieron dificil.


En cada parada mas y mas gente subia y junto a ellos, sus correspondientes petates, por lo que una vez ocupados los asientos y los improvisados taburetes de plastico del pasillo, la gente fue tirandose por el suelo entre el equipaje.

3:00 de la magnana, de repente el conductor decide que segnoras y segnores...es la hora del karaoke!! Vengaaaa!! Se me despierten todos!!! Ala, todos a cantar! Si yo no duermo, aqui no duerme ni cristo!
Menos mal que llevaba mis socorridos tapones de oidos!

Nada que hacer...ni con tapones pude evadir la sesion de karaoke.

4:00 de la magnana...el karaoke, el nigno llorando, una pista de tierra como carretera, derrapes, botes, tierra entrando por las ventanillas...un camion de frente!!!!!!!!! Uf, estuvo cerca!

Un momento...la caja no se mueve...uy, que se le ha caido una maleta encima a la gallina!El distraido duegno la saco de la caja agarradole del cuello y la reanimo: "co...co...co", bueno, parece que por esta vez se ha librado.


Curvas, botes, mas karaoke y por fin amanecio. Los pasajeros fueron descendiendo en sus respectivos pueblos, quedando el autobus poco a poco vacio.

Un monje con gafas de sol nos llamo la atencion: "Phongsali? Come with me!"

Y fue asi, tras 15 horas de insufrible viaje y 15 minutos de tuk-tuk como aterrizamos en Phongsali. Sin haber dado ni una triste cabezada, pero agradeciendo el haber llegado milagrosamente sanos y salvos.