domingo, 6 de noviembre de 2011

El circo de las mujeres jirafa





Atravesando serpenteantes carreteras invadidas de vegetación, llegué hasta Mae Hong Son, localidad situada al noroeste de Tailandia.




Resulta inevitable sucumbir al encanto de sus verdes montañas y paisajes, pero lo que realmente provoca admiración, es observar la mezcla de nacionalidades entre sus habitantes, resultado de la cercanía de: China, Laos y Birmania, situándose la frontera de esta última a escasos kilometros de la ciudad.






Este hecho no sería tan remarcable de no ser por la situación política en la que se encuentra sumida Birmania, denominada en la actualidad: "Myanmar". No os vayais a preocupar los más despistadillos, porque voy a dedicar largas entradas al tema.




Recorrí felizmente la ciudad, paseando por las pendientes de sus calles, maravillándome con el Thanaka que cubría las caras de unos niños y con las pequeñas coletas que pendían sobre las cabezas de otros, ajena completamente a la aventura que me esperaría al próximo día...




Yo siempre he sido una cagueta para las motos, reconozcamoslo. Pero por si no me había quedado claro todavía que en el sudeste asiático el mundo se mueve sobre dos ruedas, he aqui uno de los caprichos de la vida, en los que me encuentro sola en un rincón perdido de Tailandia, en plena temporada baja y sin un triste alma a quien convencer para que me llevara de paquete...

¿Solución? Pues...o aprendemos a conducir una moto, o nos comemos los mocos paseando calle arriba calle abajo...

Antes que nada quise constatar con la simpática chica que alquilaba motos, que aquello no era un suicidio.

(Fati)Y dices que no hay problema por las carreteras, que estan en perfectas condiciones.

(Chica simpática con negocio de alquiler de motocicletas dirigiendose a la única extranjera de la ciudad) Si, si, las carreteras estan "de PM"!! Y tu no te preocupes porque además te incluyo aquí un seguro por si las moscas. Si esto esta "tirado", es como ir en bicicleta pero a motor!! Mira, mira esta saliendo hasta el sol!

(Fati) Ajá...(amago de arrancar)

(Chica que no puede evitar su cara de espanto) Esto...así se frena...




Y de este modo me aventuré sobre mi moto, mochila al hombro, a lo largo y ancho de carreteras y arrozales...



...comprobando que, efectivamente...las carreteras eran una mierda y que se iba a pegar lloviendo todo el día!!

El objetivo que me habia propuesto era llegar hasta Nai Soi, aldea donde vivía un grupo de las famosas "mujeres jirafa", y que a pesar de encontrarse en un recóndito rincón, no tenía pérdida, pues habia incluso señales en la carretera indicando la dirección.




Llegué hasta el final del camino, donde tan solo una valla cerraba el paso a la vecina Birmania, frontera que extranjeros tienen prohibido atravesar a pie.

A unos escasos 5 metros se encontraba la entrada a la aldea, que aún sin valla, simbolizaba de igual forma una segunda frontera.



¿Alguna vez habeis tenido la sensación de estar haciendo algo mal y aun así no poder reprimir esa vocecita, ese "pepito grillo" que susurra: "¡¡No lo hagas!!" y continuar con la hazaña?

Así es como me sentí yo al atravesar aquel tejadillo y hacer pago de los 250 baths (5 euros) que me daban derecho a pasear a mis anchas por la aldea.

No era nueva para mí la situación de aquellas mujeres, sabía que no debía apoyar esa actitud que había desembocado en la creación de un auténtico circo, y aun así allí estaba, colaborando con la causa...
Por otra parte eran muchas las veces que desde niña había soñado conocer a esas mujeres "cuellilargas", poder ver con mis propios ojos esa cultura tan dispar a la mía y que tanta curiosidad habia suscitado en mi.



He de confesar que la primera vez que mi vista se cruzó con una de estas mujeres, sentí una especie de hormigueo en el estómago, intentaba hacerme a la idea de que se trataba realmente de una mujer de carne y hueso y no una de las repetitivas imagenes que ya habia visto con anterioridad.


La emoción se desvaneció de inmediato al reconocer en su mirada a la mismísima tristeza personificada, compañera que parecía haberse apoderado del alma de todos y cada uno de los habitantes de Nai Soi. La gente no sonreia, los niños no reian al salir de la escuela y desde el primer momento me sentí intimidada por aquellas caras languilas que reflejaban la condena diaria a la que se veian sometidos.



Al contrario que en otros lugares, aquí son las mismas mujeres las que te animan a sacar tu cámara y tomar una foto, pues si estás allí dan por hecho que es para fotografiarlas, a ellas y a cada movimiento que suponen su día a día, su vida por una parte, un preciado souvenir en manos de las hordas de turistas que hasta allí llegan, por la otra.




A cambio de esta acción sumisa tan solo te es requerido comprar un billete que dice: "Departamento de cultura Karen". Una frase bonita a los ojos de quien debe desembolsar el dinero, tras la que se esconde una gran mentira.




Aunque hay gente que los considere "Padaung"(subgrupo de los Kayan), ellos lo ven como algo despectivo y prefieren considerarse "Kayan", uno de los grupos de la etnia "Karen".

Provenientes de Mongolia, se desplazaron hace siglos hasta Birmania, terminando por vivir desterrados en las montañas fronterizas con Tailandia. Fue la guerra entre el ejercito birmano y sus guerrillas, las que les forzó a huir a Tailandia alla por 1990, donde el gobierno de este pais ni siquiera les ha otrogado a la mayoría el término de refugiados, dejandolos en el umbral entre la legalidad e ilegalidad.

Pero...¿Por qué echar de Tailandia a tribus tan atractivas para los turistas? En cuanto se añade algun interés, sobre todo monetario, cualquier gobierno hace la vista gorda...

Asi que por una parte, son los propios tailandeses los que prohiben la salida de la aldea a estas mujeres, mientras que por la otra es el Partido Nacional Progresista Karenni, es decir los propios Karen, el que necesita de los beneficios de estas aldeas, para poder hacerse con las armas que les permitan luchar contra el ejercito birmano en la guerra que comenzo hace unos 40 años y que tiene como objetivo la independencia.

Mientras tanto, las mujeres se deben limitar a contentar a los turistas e intentar venderles artesanias gracias a todos los chiringuitos de recuerdos que constituyen la aldea en si.




En uno de mis paseos, una niña acaparó mi atención. No hacia falta tener mucha idea de medicina para darse cuenta de que la herida de su pierna se había sobreinfectado, pero al ver que no se habian tomado medidas, me dirigí a la escuela y estuve charlando con el maestro.




El atento maestro tras agradecer el gesto, me mostró la escuela y el centro de salud, además de responder a las múltiples preguntas que le expuse.

En las clases, los niños apenas se percataron de mi presencia, deduje que tras los cientos de turistas que veian cada dia, era normal que no se sorprendieran al verme alli. En las pizarras se mezclaban varios idiomas, inglés entre ellos, pero descubriría más tarde que una de las aficiones en la aldea es aprender idiomas y que incluso el español se encuentra entre ellos.




En el centro de salud, la enfermera me dedicó una amenazante mirada, símbolo de que no le habia hecho mucha gracia que una "farang" le dijera como hacer su trabajo.

Intentando mostrar amabilidad me enseñó todas las medicinas de que disponian, y me sorprendi al descubrir que tenian incluso pildoras anticonceptivas, pero algo dentro de mi me decia que aquella niña se iba a quedar como estaba...




Son varias las teorías sobre el origen de estos aros que rodean el cuello de las kayan.

Una de ellas es que las mujeres comenzaron a usarlos para proteger sus cuellos del ataque de los tigres, mientras que otra afirma que era una forma de escapar al secuestro en manos de tribus enemigas, pues asi resultaban menos atractivas.

Contradiciendo esto último, entre los kayan estos collares son todo un símbolo de belleza y riqueza, la cual es medida en proporcion a la extension de los aros.

Por otra parte, cuenta una antigua leyenda que una mujer dragón de extraordinaria belleza fue poseída por el viento y como fruto de esa sorprendente unión se extendieron por la tierra sus descendientes que fueron llamados padaung, llevando las mujeres los anillos en el cuello como homenaje a sus ancestros.




Aunque antaño solo eran las niñas nacidas en luna llena, las afortunadas que podian adornar sus cuellos con latón, hoy en dia se deja la eleccion a las familias.

Charlando con una de las mujeres, me confeso que ella no lo quiso para las suyas y que no busca ese futuro para sus hijas, sino que quiere que estudien y salgan de alli. Sin embargo, otras deciden continuar con esta tradicion, movidas mayormente por el negocio envuelto en ello. A la tierna edad de 5 años, colocan los primer aros en el cuello de las niñas y cada año van añadiendo mas, situandose el record en unos 10 cm de aros y 9 kilos de peso.




Respecto a sus consecuencias, es un mero efecto óptico el hecho de que su cuello parezca más largo, pues es el tórax el que desciende al ser comprimidas ambas claviculas por los aros.

Esto me lo mostró la misma mujer, que al igual que el resto poseía unas fotocopias de un reportaje realizado por National Geographic, en el cual incluían radiografías de tórax y explicaban el efecto anatómico y repercusiones en la caja toracica de las "longneck". Os dejo un enlace por si os habeis quedado con curiosidad.

http://library.thinkquest.org/J0111742/neckanimation.htm




¿Y que pasaría si alguna de estas mujeres decidiera quitarse los collares?

Mucho se ha hablado sobre ello, y muchos son los que aseguran que se asfixiarian y que más de un marido ha utilizado esta pena como castigo a un adulterio, pero no es cierto, pues a pesar de que se produce un debilitamiento de la musculatura, estas mujeres pueden sostener perfectamente sus cabezas. Lo que si que es cierto es que el adulterio entre los Karen esta penado con la muerte, tanto para hombres como para mujeres.




Aunque podrían llevar una vida normal sin ellos, hay algunas que deciden voluntariamente, bien sea por enmascarar las marcas dejadas en el cuello a lo largo de los años, o por su cultura, continuar con los collares aún fuera de Tailandia. Así semanas mas tarde me encontraría con un grupo de estas mujeres en Birmania, y todavía más sorprendente ¡¡en Nueva Zelanda!! Luego me informaría de que a pesar de que países como Finlandia y Nueva Zelanda se hubieran ofrecido para amparar a estos refugiados, el gobierno de Tailandia se negó rotundamente, logrando huir solo unos pocos al segundo.




Despues de beberme un refresco y charlar con varias personas, decidí marcharme, fijándome por último en que, al contrario que tailandeses y birmanos, en esta aldea era una iglesia la que se alzaba, pues los karen son cristianos.




Tras ver todo lo que tenía que ver y comprobar de primera mano la verdad sobre "el circo de las mujeres jirafa" crucé de nuevo la fontera al mundo real.

40.000 turistas al año visitan estas aldeas en busca de una experiencia única, esperando encontrar una tribu de mujeres jirafa viviendo en su cultura y casas tradicionales, ansiando obtener una fotografía sin intentar leer en los ojos de estas personas, tan humanas como ellos la verdadera realidad: son sus aros las que las amarran a esta aldea, al igual que unos grilletes contienen al preso en una celda.




Me aleje de Nai Soi intentando centrarme en el nuevo problema que se presentaba ante mí: regresar por aquel camino que en aquellos momentos se habría convertido en un barrizal...




De nuevo estaba en lo cierto...cawen la mujer de la motoooooooo!







Pero milagrosamente llegué a mi segundo destino: una cueva donde por una misteriosa razon se reunian todos los peces del lugar, pasando a ser un lugar sagrado.




y si, alli estaban...






Continué mi particular dia en moto recorriendo las montañas fronterizas entre Birmania y Tailandia, visitando pueblos y paseando por los arrozales, mojándome bajo la lluvia y sufriendo problemas de conductora primeriza...






...como quedarte tirado sin gasolina en mitad de la nada...¡Menos mal que ayudada por los niños de un colegio logré salir del paso!





Admirando la arquitectura de los templos ya mas birmanos que tailandeses.





Pero sobre todo el verde que todo inundaba a mi paso.








Mae Hong Son terminó siendo toda una sorpresa para mi, pues no solo salí ilesa de mi aventura sobre ruedas, sino que disfruté de cada instante en esta espectacular región y me fuí metiendo en el ambiente del que sería mi próximo destino...



...la tan esperada Birmania


4 comentarios:

  1. Excelente trabajo!!! Muy buenas fotos...

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  2. Que siempre siga vivo este blog...

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  3. Muchas gracias a vosotros por leer el blog!!
    Adrian, eso sonaba a que no he estado haciendo los deberes, asi que a pesar de este hibernamiento perfectamente justificable por el frio finlandes, el blog ha vuelto a la vida :)

    Un saludo a todos!

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