Dia 371. Bangkok, capital de Tailandia.

No podia hacerme a la idea de como podia ser una ciudad que tantas veces habia visto en television, la mayoria de ellas reflejada como la meca de las fiestas de noche, alcohol, drogas y prostitucion.

Mentiria si dijera que el ir sola no me imponia, pues asi era.

Llegue en uno de los autobuses que depositan a los turistas como si de simple ganado se tratase en Khao San Road, la calle de los mochileros. Es esta, una calle plagada de tiendas, puestos de comida y restaurantes que por las noches se transforman en bares, el paraiso de los jovenes europeos.

Con el mochilon a la espalda y un sol de espanto luchaba contra las masas que infestaban la calle, asi como con las decenas de vendedores que me aseguraban un: "hoy señorita es su dia de suerte, va a poder adquirir un traje a un precio inmejorable!" Pero no estaba yo para trajes, con una habitacion mugrienta por 100 baths, desde la cual escuchar la melodiosa musica disco hasta altas horas de la madrugaba, me conformaba.

A la hostilidad de la ciudad se le sumo que estaba a punto de desatarse una guerra civil, me saltare detalles pues ya hable sobre ellos en una entrada, para los despistados vease el enlace: http://fatimatolosa.blogspot.com/2010/05/un-poco-de-actualidad-desinformacion-en.html

Al margen del centro, el resto de la ciudad estaba lo suficientemente tranquilo como para hacer las correspondientes visitas turisticas.


Decidi visitar el palacio de Bangkok, uno de los edificios mas importantes de la ciudad.

Que si hay monarquia todavia? Por supuesto, aunque el pobre rey Rama IX esta ya en las ultimas, es un personaje muy querido en su pais. No se a ciencia cierta si es un amor verdadero o impuesto por el pequeño detalle de que a diferencia que en España, una critica a la monarquia no se salda con 3000 euros (amantes de la revista el jueves, sabeis a lo que me refiero), aqui la pena esta en varios años de carcel, por ello incluso periodistas extranjeros tienen completamente prohibido decir algo en contra, asimismo esta prohibido chupar los sellos, pisar los billetes... y para que quede constancia, la ciudad esta absolutamente forrada de fotos de los monarcas.

Me quede con las ganas de que alguien me contestara sinceramente que es lo que opinan al tener al rey mas rico del mundo en un pais como Tailandia, pero creo que no me gane la suficiente confianza, como para peligrar hasta 15 años de sus vidas dentro de unas rejas.

De camino hacia el palacio un amable señor me informaba de que este, estaba cerrado por motivo de una celebracion, pero que "oh dios mio", de nuevo la fortuna me acompañaba y tenia la opurtunidad de ver al "lucky buda" (el buda de la suerte). Mientras le miraba incredula y me reservaba para mis adentros un, "te crees que soy gilipollas?", le agradeci la informacion y me dirigi al palacio, que como era de esperar, estaba abierto.

La entrada permitia ademas acceder al templo del buda esmeralda, un buda de jade que habia estado anteriormente en Ayutthaya, antigua capital de Tailandia.

Esta pequeña figura es todo un simbolo para el pais y todavia existe cierto rencor por parte de los laosianos, ya que este pertenecio en tiempos a Laos.

De alli, mi recorrido turistico continuo en uno de los muchos templos que ocupan la ciudad, con la diferencia de que "Wat Pho" es famoso ademas de por su gigantesco buda reclinado, por sus masajes terapeuticos, siendo uno de los centros de enseñanza de masaje tailandes mas importantes del pais.

Al dia siguiente decidi apurar el billete de palacio que me permitia acceder a otros edificios monarquicos, aunque sinceramente, me vi mas seducida por el zoo que estaba enfrente, asi que mas emocionada que todos los niños que me rodeaban, alli termine asistiendo a uno de los espectaculos de focas.

"Peces siameses?"

Un email de la embajada española me advertia de que si no tenia algo importante que hacer en Bangkok, lo mejor era irse a otra parte del pais, puesto que los disturbios no hacian sino empeorar.

Lo unico que me retenia alli era la espera de mi nuevo pasaporte, asi que tras recogerlo y darme cuenta de que ya era tarde para pedir mi visado working-holiday para Nueva Zelanda, (en 3 dias se habian agotado las 200 plazas!!) pense en abandonar la ciudad.

Una de las noches que paseaba por la bulliciosa Khao San, termine de cervezas con un chico belga y otro canadiense, al cabo de media hora no pude evitar preguntarles porque cada vez que nos cruzabamos con ciertos hombres, estos proferian un sonoro "cluck" con los labios, imitando el sonido de una pelota de ping pong.

Los dos chicos estallaron en risas mientras yo seguia sin comprender el motivo de semejantes carcajadas, una vez se calmaron, me contaron que esos señores ofertaban espectaculos en los que unas señoritas metian pelotas de ping pong en sus vaginas y las lanzaban a los clientes. No podia salir de mi asombro, como podia ser cierto?

Tras terminar nuestro Pad Thai, nos acercamos a un hombre y Jeremie le pidio que nos mostrara el "menu".

Cual fue mi sorpresa cuando vi que no solo se trataba de pelotas de ping pong, sino de: agua, cuchillas, agujas con las que explotaban globos y aire con el que apagaban velas en una tarta de cumpleaños!

"Khao San Road"

Este peculiar espectaculo es bastante popular en Bangkok, teniendo sus origenes en los años en guerra del sudeste asiatico, cuando los soldados estadounidenses hacian una pausa en Tailandia antes de dirigirse al campo de batalla.

Esta y otras muchas anecdotas y personajes hacen de Bangkok una de las ciudades mas estramboticas del mundo, o eso es lo que deduje tras la semana que pase alli.